Uno de los puntos de mayor interés es si los gastos médicos, incluyendo los relacionados con la salud dental, pueden ser objeto de deducción.
En el complejo mundo de la declaración de la renta, las deducciones se alzan como herramientas cruciales para disminuir la carga fiscal. Sin embargo, la pregunta sobre qué gastos pueden ser deducibles suele ser motivo de confusión para muchos contribuyentes. En términos generales, los gastos dentales no suelen ser deducibles en la declaración de la renta, al menos a nivel estatal en el IRPF.
La legislación no contempla una deducción general para estos gastos médicos. Sin embargo, existen excepciones tanto a nivel autonómico como para ciertos colectivos.
Las deducciones autonómicas brindan una luz de esperanza para aquellos que buscan aliviar sus cargas fiscales a través de los gastos dentales. En comunidades como Cantabria y Canarias, se permite la deducción de una parte de los gastos relacionados con la salud dental dentro de las deducciones por enfermedad. Estas deducciones varían en porcentaje y límites, pero ofrecen una oportunidad para quienes cumplen con los requisitos establecidos.
Los autónomos también tienen una ventana abierta para deducir los gastos odontológicos, siempre y cuando estén integrados en su seguro de salud.
La capacidad de desgravar los gastos en salud dental como parte del seguro de salud brinda un respiro financiero para este colectivo.
Sin embargo, Hacienda ha sido claro en su postura respecto a ciertos profesionales, como los actores, que intentan justificar los gastos dentales como parte de su actividad laboral. La interpretación es inequívoca: los tratamientos de belleza, operaciones estéticas y similares no son deducibles.
Para los asalariados, la situación es un tanto diferente. Aunque no pueden deducir directamente los gastos médicos como los autónomos, existe un truco que pueden aprovechar. Los seguros médicos proporcionados por las empresas se consideran retribución en especie y, por lo tanto, están exentos de tributar hasta ciertos límites establecidos por la ley.
Este enfoque proporciona a los empleados una vía para obtener beneficios fiscales indirectos a través de la negociación de un salario en especie, lo que puede resultar en un aumento del sueldo neto sin incurrir en mayores impuestos.
En resumen, mientras que los gastos dentales no suelen ser deducibles de manera generalizada, existen opciones para aquellos que buscan minimizar su carga fiscal. Desde deducciones autonómicas hasta la negociación de salarios en especie, los contribuyentes pueden explorar diversas estrategias para optimizar su situación financiera en la declaración de la renta.
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