El 25 de julio pasado marcó la fecha límite para que la mayoría de los pequeños negocios en España presentaran el Impuesto de Sociedades a través del modelo 200.
Han pasado dos años desde la implementación de la reforma de la Ley Concursal o Ley de Segunda Oportunidad en 2022, diseñada para aliviar las cargas de deuda de autónomos y pequeños negocios en dificultades. Esta legislación ha sido un salvavidas para muchos que enfrentan insolvencia, ofreciendo un camino hacia la exoneración de deudas sin la necesidad de cerrar sus negocios. Los cambios han facilitado que los trabajadores por cuenta propia y pequeños empresarios accedan a mecanismos para la reestructuración o la eliminación de deudas, preservando a su vez sus activos esenciales. En este artículo, exploraremos el impacto de esta ley, sus beneficios, y los pasos necesarios para acogerse a ella.
Un panorama de crecimiento en los concursos de acreedores
Según el Colegio de Registradores, el primer trimestre de este año ha visto un aumento del 9,3% en el número de negocios que se han acogido a un concurso de acreedores. El Consejo General de Economistas señala que ocho de cada diez deudores concursados fueron personas físicas, con los autónomos a la cabeza en el aumento de los concursos durante el último año. Esta tendencia refleja la creciente conciencia y utilización de la Ley de Segunda Oportunidad por parte de los trabajadores por cuenta propia, quienes han encontrado en ella una vía para aliviar sus cargas financieras.
A pesar de este aumento, muchos autónomos aún no conocen completamente las posibilidades que ofrece la ley para exonerar total o parcialmente sus deudas sin liquidar sus negocios. La flexibilidad del nuevo marco legal permite a los autónomos continuar con sus actividades después del proceso de concurso, preservando sus activos esenciales como muebles, ordenadores, maquinaria, y vehículos, elementos críticos para la continuidad de sus negocios.
El mecanismo de la Ley de Segunda Oportunidad
La Ley de Segunda Oportunidad, reformada bajo la Ley 16/2022, ofrece a los autónomos la capacidad de reestructurar o cancelar sus deudas a través de un procedimiento especial para microempresas. Este mecanismo es aplicable a personas físicas o jurídicas que emplearon menos de diez trabajadores el año anterior y tuvieron un volumen de negocio anual inferior a 700.000 euros. La característica más destacada de esta ley es que los autónomos no están obligados a liquidar los bienes que son fundamentales para su negocio, sino otros bienes privados. Por ejemplo, un electricista no tendría que vender su furgoneta o herramientas necesarias para su trabajo en caso de enfrentar dificultades financieras.
Pasos para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad
Los autónomos interesados en beneficiarse de esta ley deben seguir varios pasos:
- Solicitud de concurso de acreedores: Los autónomos deben presentar una solicitud ante el juez de lo mercantil, demostrando su situación de insolvencia. También pueden acceder a la plataforma concursal para microempresas, facilitando la comunicación entre deudores, acreedores y juzgados.
- Solicitud ante el notario: Deben realizar una solicitud formal al notario, detallando la mala situación financiera del negocio, las deudas e ingresos actuales, respaldados por la documentación correspondiente.
- Fase judicial: Una vez acreditada la situación del deudor, el juzgado evalúa si se cumplen los requisitos para la exoneración de la deuda, estableciendo si esta será con o sin liquidación de activos.
- Resolución judicial: El juez decide si el deudor puede acceder a la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI), determinando el porcentaje de deuda a exonerar y los términos de la exoneración.
Limitaciones y consideraciones
Aunque la ley ofrece un respiro considerable a los autónomos, existen limitaciones en la exoneración de deudas con entidades públicas como Hacienda y la Seguridad Social, limitadas a un máximo de 20.000 euros. En este caso, solo se pueden exonerar hasta 10.000 euros por cada organismo, con la exoneración completa en los primeros 5.000 euros y del 50% en la deuda restante hasta los 10.000 euros.
La Ley de Segunda Oportunidad, a dos años de su reforma, ha proporcionado un camino viable para que los autónomos puedan hacer frente a sus obligaciones financieras sin poner en riesgo la continuidad de sus negocios. Sin embargo, es crucial que los trabajadores por cuenta propia se informen y asesoren adecuadamente para aprovechar plenamente las oportunidades que esta ley ofrece.
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