Año tras año, con la llegada de la campaña de la Renta, vuelven a circular numerosos mitos entre los contribuyentes. Uno de los más arraigados es el que asegura que presentar la declaración cuanto antes garantiza una devolución más rápida del IRPF.
Por el contrario, quienes esperan hasta los últimos días para cumplir con esta obligación fiscal, según esta creencia, corren el riesgo de ver retrasado el ingreso de su dinero. Pero ¿hay algo de verdad en esto? En realidad, no. La idea de que Hacienda premia la prontitud o penaliza la demora es, simplemente, una leyenda urbana. El momento en que presentes la declaración no tiene un impacto directo en los plazos de devolución del IRPF. Lo que realmente determina cuánto tarda en llegar el dinero son otros factores, como la complejidad de la declaración de la Renta o la necesidad de realizar comprobaciones adicionales.
¿Qué influye realmente en el tiempo de devolución?
Por ejemplo, una persona con una situación fiscal sencilla —sin inversiones, con un solo pagador y sin ingresos adicionales— es probable que reciba su devolución antes que alguien que ha tenido varios empleadores, ha estado en paro o ha realizado inversiones durante el año. Esto se debe a que, en los casos más complejos, la Agencia Tributaria necesita más tiempo para revisar los datos y verificar que todo esté correcto.
¿Por qué persiste este mito fiscal?
Una de las teorías más extendidas es que, a medida que Hacienda devuelve el dinero a los contribuyentes, sus arcas se van vaciando, y al final de la campaña podría no quedar suficiente para cumplir con todos los pagos. Esta idea, aunque tiene una cierta lógica superficial, carece de base real. Hacienda dispone de datos suficientes para anticipar las devoluciones y planificar sus pagos de forma eficiente.
Además, el calendario fiscal de la Agencia Tributaria está diseñado para que las devoluciones se realicen en plazos razonables. Si no hay incidencias, el reembolso puede producirse entre 7 y 15 días después de presentar la declaración. Una vez emitida la orden de pago, el ingreso se realiza en la cuenta bancaria del contribuyente en tan solo tres días.
¿Qué puede retrasar una devolución?
Eso sí, si Hacienda detecta alguna irregularidad o necesita realizar comprobaciones, el proceso puede demorarse más. Una revisión manual puede extender el plazo hasta uno o dos meses, y si hay un requerimiento formal de información, la espera puede alcanzar los seis meses o más.
En cualquier caso, Hacienda tiene de plazo hasta el 31 de diciembre para efectuar la devolución. Si no lo hace antes de esa fecha, deberá abonar también los intereses legales correspondientes, sin necesidad de que el contribuyente lo solicite.
Conclusión: tranquilidad, no prisa
En resumen, presentar la declaración cuanto antes puede darte tranquilidad, pero no garantiza una devolución más rápida. Lo que realmente influye en los tiempos de Hacienda son los datos y la complejidad de tu declaración. Así que, antes de dejarte llevar por los mitos, mejor infórmate bien y no te preocupes por ser el primero… ni el último.
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