La relación entre los contribuyentes y la Agencia Tributaria suele estar marcada por un principio implícito: Hacienda no se equivoca. Sin embargo, la realidad demuestra que esto no siempre es así.
De hecho, las estadísticas muestran que incluso Hacienda comete errores. Un caso reciente y muy ilustrativo es el del IRPF de los mutualistas: miles de pensionistas han podido reclamar hasta 3.000 euros cada uno por pagos indebidos durante años. Un ejemplo claro de que el criterio del fisco no es infalible.
Pero ¿qué ocurre cuando el error es del contribuyente? Aquí es donde la balanza se inclina de forma desigual. Mientras que Hacienda puede corregir y rectificar sus errores, cuando es el ciudadano quien se equivoca, la reacción del fisco es mucho más severa. Cualquier fallo en la declaración de la renta puede ser considerado como un intento de fraude, sin distinción clara entre un despiste y una infracción intencionada.
De hecho, aprobar el borrador de la renta tal como lo ofrece Hacienda no te exime de responsabilidad. Si hay errores, aunque provengan del propio sistema de la Agencia Tributaria o incluso si hiciste la declaración con ayuda telefónica u oficinas de la AEAT, las consecuencias recaerán sobre ti.
Sin embargo, no todo está perdido. Hay opciones para defenderse. Un ejemplo notable es el de un contribuyente gallego que recurrió una sanción de más de 72.000 euros y logró que el Tribunal Superior de Justicia de Galicia le diera la razón. El tribunal reconoció su derecho a equivocarse, desafiando la interpretación estricta de Hacienda del artículo 6.1 del Código Civil, que establece que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.
Aunque esta sentencia no sienta jurisprudencia ni cambia el criterio general del fisco, abre una puerta para reclamar en situaciones similares.
¿Cómo puedes recurrir una sanción de Hacienda?
Si recibes una notificación de sanción por parte de Hacienda, puedes presentar un recurso. Tendrás un mes desde la recepción del aviso para presentar alegaciones. Es fundamental recopilar toda la documentación relevante: facturas, contratos, justificantes de pago y cualquier otro registro que apoye tu posición.
Puedes presentar el escrito a través de la Sede Electrónica de la AEAT en dos apartados distintos o presencialmente en las oficinas. Si Hacienda no acepta tus argumentos, el siguiente paso es recurrir al Tribunal Económico Administrativo (TEAC), y en última instancia, a la justicia ordinaria.
¿Vale la pena reclamar?
La lucha no es sencilla. El proceso puede ser largo y no siempre concluye con éxito. A pesar de los esfuerzos del Consejo para la Defensa del Contribuyente por incluir el derecho al error en la legislación, a día de hoy no existe una protección legal clara para quienes cometen errores de buena fe en sus declaraciones.
Eso sí, si tienes fundamentos sólidos y estás dispuesto a perseverar, como lo hizo el contribuyente gallego, existe una posibilidad real de que la justicia te dé la razón.
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