El ahorro de las familias es un activo fundamental que a menudo encuentra refugio en depósitos bancarios.

la rentabilidad de estos depósitos no escapa al radar de Hacienda, y comprender cómo tributan en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es esencial para cualquier inversor. En este artículo, exploraremos cómo afectan los impuestos a los intereses generados por los depósitos, tanto nacionales como extranjeros.

Fiscalidad de los Depósitos Bancarios:

El 10% del ahorro de las familias descansa en depósitos bancarios, con tasas de interés que, poco a poco, se alinean con el aumento de los tipos de interés. Mientras que los depósitos extranjeros destacan con rentabilidades superiores al 4%, la media de los depósitos nacionales se sitúa en un 2,31%, según datos del Banco Central Europeo (BCE).

Es fundamental tener en cuenta que, independientemente de su origen, los intereses generados por los depósitos están sujetos a tributación en el IRPF. Estos ingresos se consideran rendimientos del capital mobiliario y se incluyen en las rentas del ahorro, junto con otros activos como Letras del Tesoro, dividendos y rendimientos de cuentas corrientes.

Cómo Tributan:

La tributación de los depósitos es directa y se aplica únicamente sobre los intereses generados, no sobre el capital invertido. Durante el plazo fijo del depósito, no es necesario pagar impuestos sobre los beneficios acumulados.

Consideremos una inversión de 10,000 euros a 12 meses con una TAE del 3%, generando un rendimiento de 300 euros. Estos 300 euros se incluirán en el IRPF como parte de los rendimientos de capital mobiliario al realizar la declaración de la renta.

Cálculo:

Para calcular los impuestos sobre los depósitos, se aplican los tipos del ahorro, que son progresivos:

  • Rendimientos hasta 6,000 euros: 19%
  • Entre 6,000 € y 50,000 euros: 21%
  • Entre 50,000 € y 200,000 euros: 23%
  • Entre 200,000 € y 300,000 euros: 27%
  • Ganancias superiores a 300,000 euros: 28%

Este enfoque progresivo implica que tramos específicos de los rendimientos se gravan a tasas diferentes. Por ejemplo, para un rendimiento de 10,000 euros, los primeros 6,000 euros tributan al 19%, mientras que los 4,000 euros restantes se gravan al 21%, resultando en una factura fiscal total de 1,980 euros.

Retención de IRPF:

Los depósitos nacionales están sujetos a una retención del 19%, descontada por el banco antes de transferir los intereses. En el ejemplo, con un rendimiento de 300 euros, la retención sería de 57 euros, recibiendo el inversor solo 243 euros.

En contraste, los depósitos extranjeros pueden variar en términos de retenciones y el país donde se pagan. Algunos no aplican retenciones, y cuando lo hacen, se ingresan en el país del banco extranjero.

Inclusión en la Declaración de la Renta:

Los depósitos nacionales se reflejan automáticamente en los datos fiscales de Hacienda. En el caso de depósitos extranjeros, el rendimiento debe incluirse en la casilla 0027 de la declaración de la renta.

Conclusión:

Entender la tributación de los depósitos bancarios es crucial para gestionar eficientemente las finanzas personales. Ya sea en depósitos nacionales o extranjeros, conocer los impuestos asociados y las retenciones garantiza una planificación financiera más informada.

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