Cada año, miles de contribuyentes en España solicitan cita con Hacienda para recibir asistencia en la confección de su declaración de la renta.
Las opciones son variadas: acudir a las oficinas de Hacienda, utilizar el programa ‘Le Llamamos’ o resolverlo por teléfono. Es una alternativa cómoda, gratuita y, para muchos, una forma de ganar tranquilidad al saber que la declaración está “revisada” por un técnico cualificado.
Sin embargo, confiarse por completo puede ser un error. Aunque cuentes con la ayuda directa de un trabajador de Hacienda, no hay garantía absoluta de que tu declaración esté libre de fallos. ¿Por qué? Porque el técnico de Hacienda no audita ni investiga tu vida fiscal: simplemente trabaja con los datos fiscales que ya figuran en el sistema (a través de Renta Web) y con la información adicional que tú le proporciones. Si algún dato es incorrecto o está incompleto, el error se traslada directamente a la declaración… y también a ti.
¿Quién asume la responsabilidad si la declaración tiene errores?
Aquí no hay duda posible: el responsable de la declaración de la renta es siempre el contribuyente. Da igual si la hiciste tú, un gestor, o incluso si fue elaborada con ayuda de Hacienda. Si hay un fallo y la Agencia Tributaria lo detecta, quien tendrá que rendir cuentas serás tú. Y eso puede traducirse en sanciones económicas.
La única excepción legal se da si has designado a un representante legal mediante poder notarial para que presente y firme la declaración por ti. En ese caso, él o ella asumen la responsabilidad y las consecuencias derivadas de posibles errores.
¿Y si te equivoca tu gestor o asesoría?
Lo mismo ocurre si recurres a un gestor profesional. Aunque se trate de una empresa especializada, Hacienda te considerará a ti como el único responsable. Si hay fallos, la Agencia te impondrá a ti la multa. Eso sí, después podrás reclamar daños y perjuicios al gestor, siempre que se trate de un error imputable a su actuación. Si el problema se debió a que tú no facilitaste información adecuada o te olvidaste de algo, la responsabilidad seguirá siendo tuya.
Cuidado con el borrador
Uno de los errores más comunes es aprobar el borrador de la renta sin revisarlo. Aunque puede parecer un documento “oficial”, el borrador no es infalible. Es solo una propuesta basada en los datos que Hacienda conoce, y puede estar incompleta. Es muy común que no incluya deducciones a las que tienes derecho, especialmente en situaciones personales o familiares específicas.
Por eso, conviene revisar detenidamente cada apartado antes de validarlo. Porque si hay errores, Hacienda no se hará responsable: tú serás quien tenga que responder.
Las multas pueden doler… mucho
Si cometes un error y Hacienda lo detecta, te enfrentarás a una sanción. La cuantía dependerá de la gravedad de la infracción y de si fuiste tú quien la notificó. En los casos más leves, la multa puede ser del 50% del importe no ingresado. Pero si se considera una infracción grave o muy grave, la sanción puede escalar hasta el 150%.
En definitiva, contar con ayuda de Hacienda o de un gestor puede facilitar el proceso, pero nunca exime de responsabilidad. La mejor defensa es estar bien informado, revisar cada dato y no dar nada por supuesto. Porque, al final, quien paga los errores eres tú.
Desde FAR Asesores, ponemos a su disposición un equipo profesional que pretende dar respuesta a sus cuestiones legales, fiscales y económicas. Por último, esta noticia está elaborada a través de un articulo del medio Autónomos y Emprendedores. Puedes leer la noticia completa en el siguiente enlace.